domingo, 14 de octubre de 2012

¿Por qué?

Ya desde antes de que me fuera de España, la gente que se iba enterando de mis planes, y desde que llegué aquí, la gente nueva que he ido conociendo.Todos, han hecho la pregunta estrella, el interrogante de rigor, la cuestión palpitante:


¿Por qué Japón?


Bien, esta es, a mi parecer, una pregunta nada simple, no apta para ser respondida rápidamente y de cualquier manera en la cola del cajero, en medio de un cruce de peatones, o en el corto trayecto que puede haber entre bar y bar.Es por eso que pido disculpas si alguna vez encajé respuestas como: "Porque me gusta la cultura asiática", "porque el idioma japonés me parece muy interesante" o "porque me gusta mucho el sushi"....

No es que no sean verdades. Son argumentos adaptados para ser emitidos, procesados, y validados en un corto espacio de tiempo. Tu saludas y preguntas, yo saludo y contesto; ambos  nos marchamos conformes y felices de nuestro eficiente intercambio lingüístico. ¿Por qué no deberíamos estarlo? es un acto de habla pleno que incluye significado, estructura y sentido...Pero no es tan simple. Nada es tan simple, siempre hay un "más".  Y ese "más" es la respuesta a los que no se quedaron conformes, ese más es lo siguiente:


     Siempre fui una niña un poco extraña, algo "metía pa' adentro". Me encantaban los libros, eran mi refugio, mi vía de escape de un mundo real que me aburría y en el cual no me sentía cómoda. Los estudios no eran un reto para mí, pero me costaba comprender las complejas reglas del mundo social (aún hoy me cuesta...). Con doce años había acabado con todas la existencias de la sección juvenil de la biblioteca municipal y hacía incursiones en la biblioteca familiar, donde encontré joyas literarias y libros que marcaron el resto de mi vida. También topé con algún libro, con el cual, impresionada, fui perdiendo la inocencia que aún conservaba...xD.
¡La fantasía es una droga dura! y yo era una auténtica yonki de la lectura. Todas esas historias estaban al alcance de mi mano, y yo las hacía mías, un mundo de posibilidades con el cual me sentía feliz. No necesitaba ese otro mundo que me rodeaba.

Por entonces, mis tíos, que años antes habían adoptado a una niña china, mi prima He Yué ( "regalo de la luna" ), se habían lanzado por segunda vez a la aventura de la adopción e iban a ir de nuevo a China, a buscar a la que sería mi prima Eva Hong Fu ("gran fortuna").
Otra de mis tías también se apuntó al viaje y mi familia decidió que yo también fuera. La excusa fue que yo podría ayudar con el inglés, pero teniendo en cuenta que se me daba tan mal como actualmente se me da, es imposible que esa fuera la razón...

Sea como fuere, durante esos quince días en China, se produjo la reacción que, pienso yo,  verdaderamente pretendían.

Me maravilló ese mundo tan distinto, me sobrecogió lo intenso que podía ser, el miedo y la fascinación de la mano, algo tan desconocido pero tan real...estaba ahí, delante de mis ojos, bajo mis propios pies.
Aprendí una lección muy importante, la verdadera razón de todo esto: Las historias, antes de ser creaciones impresas, son impresiones reales. No sólo se encuentran en  las páginas, están por todas partes, y a diario se muestran delante de nosotros, a todo color. Sólo hay que mirar.
Y más importante aún: entre todas ellas hay una que nos pertenece exclusivamente, una a la cual debemos toda nuestra energía, nuestra propia vida, nuestra propia historia.

Lo que vino después, fue una sucesión de circunstancias y elecciones. Empecé a estudiar chino, y después fui a la universidad. En principio mi intención era empezar con filología y después hacer lo que por entonces era el segundo ciclo en Estudios de Asia Oriental, y como la lengua principal era el japonés me pasé a estudiarlo para una vez dentro escoger el chino como segunda lengua.
Luego vino "Bolonia" y el segundo ciclo se convirtió en máster, y el chino desapareció, y tuve que seguir con mi carrera y, ya que estaba, seguí también con el japonés. Y luego decidí echar la solicitud para una beca de intercambio que estaba segura no me darían.
Pero no fue así.

Esta es la respuesta larga, ¿ alguna pregunta?....jejeje, sé que queréis fotos, y curiosidades, y anécdotas graciosas, pero creo que era necesario.¡Todo vendrá!.
Un saludo,




Carmen